Santander es una de las ciudades más visitadas del norte de España gracias a su gran atractivo turístico: playas, montaña y una reconocida gastronomía. Además, es una localidad muy accesible tanto por vía aérea, gracias al aeropuerto de Santander, como por carretera, con la autopista A-8 como principal vía de entrada. Una buena opción es realizar un viaje en carretera por Cantabria, ya que la región permite disfrutar de un sinfín de actividades a escasos kilómetros de Santander. La desconocida Costa Quebrada o Santoña, y los pueblos y valles del interior como Potes son algunos de los lugares que podrás visitar cómodamente con tu coche. Más allá de los atractivos de la propia urbe, como la zona del Sardinero o la bahía, aquí te presentamos 5 excursiones para hacer desde Santander que te enamorarán.
-
Descubrir la Costa Quebrada
Desde Santander se pueden realizar numerosas excursiones a la costa, lo cual te permitirá disfrutar de la fuerza del mar Cantábrico, con sus numerosos acantilados y playas. En este sentido, una buena opción es conocer la conocida Costa Quebrada, a tan solo 11 kilómetros de la capital cántabra, por la S-20. Prepara la ropa de playa, ya que en solo 10 kilómetros de costa se encuentran algunas de las mejores calas y arenales del norte de España. Valdearenas, Somocuevas, Cerrías, Canallave, Portio y Arnía son algunas de las playas que encontrarás en una excursión perfecta para una jornada de buen tiempo.
-
Visitar Potes y sus alrededores
De la costa nos vamos al interior de Cantabria, montañoso e imperial. Los Picos de Europa, que delimitan la comunidad cántabra con Asturias, son una buena opción para una excursión de montaña. A unos 100 kilómetros de Santander, conduciendo primero por la A-8 en dirección Asturias y después tomando la nacional N-621, se encuentra el pueblo de Potes, uno de los más famosos de la zona. Allí puedes planificar varias rutas, como la ascensión al famoso Naranjo de Bulnes, o visitar el gran patrimonio histórico de este municipio: la iglesia de San Vicente, la Torre del Infantado o las ermitas de las vírgenes de Valmayor y del Camino.
-
Recorrer los valles de Soba y Asón
También en el interior, aunque en el este de Cantabria, se encuentran los valles de Soba y Asón, aproximadamente a unos 65 kilómetros por la A-8 y una hora por carretera de la capital regional. Si te gusta la naturaleza y las actividades al aire libre, esta zona es una de las más recomendadas para hacer excursiones de un día desde Santander. Por ejemplo, si te gusta el senderismo, te sugerimos la ruta hasta el nacimiento del río Asón, ya que es una de las más frecuentadas por los senderistas locales. Si, por el contrario, prefieres hacer una ruta en coche por los dos valles, puedes visitar pueblos como La Gandara, Arredondo, Ampuero, con su famoso santuario de la Bien Aparecida, o la ermita de Socueva. Además, si te gusta la espeleología, disfrutarás con las abundantes cuevas que encontrarás en esta zona.
-
Explorar Santoña, la capital de las anchoas
Una de las excursiones más interesantes desde Santander que te proponemos es Santoña, una localidad considerada la «capital mundial» de las anchoas. A unos 50 kilómetros de la capital cántabra por la S-10 y luego la A-8, esta localidad ofrece playas y montañas, además de unas famosas marismas que la han convertido en espacio protegido. Piérdete por las calles de la zona histórica y prepárate para subir los más de 700 escalones que dirigen hasta el espectacular Faro del Caballo. Descubre el entorno de la bahía paseando y, entre parada y parada, aprovecha y prueba las famosas anchoas de Santoña. Y si aún tienes hambre, los bares de la zona son una fantástica alternativa para degustar unos pinchos y unas sardinas asadas.
-
Pasear por Santillana del Mar, el pueblo de las tres mentiras
Ni es santa, ni es llana ni está en el mar, pero Santillana del Mar se ha convertido en una de las localidades preferidas para hacer una excursión desde Santander. Su proximidad, a solo 30 kilómetros por la autovía A-67, le convierte en un destino ideal. Es una villa medieval con calles empedradas muy bien cuidadas que permite disfrutar de una caminata tranquila, al mismo tiempo que visitar dos de los lugares más importantes de Cantabria: la cueva de Altamira y la colegiata de Santa Juliana, el estandarte del arte románico de esta comunidad.