La localidad de Jaca es conocida como “la perla de los Pirineos”. Seguro que después de escuchar esto no faltan motivos para detenerse en este lugar, una parada obligatoria en la provincia de Huesca. Su ciudadela es una fortaleza militar que data del siglo XVI, llamando particularmente la atención su peculiar planta pentagonal. Puentes levadizos y zonas verdes son los claros protagonistas del lugar. Otro de los mayores atractivos de Jaca es su situación, ya que es un punto de partida ideal para hacer excursiones y descubrir el paraje único del Pirineo oscense. La maravilla natural que supone el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, las posibilidades del Valle de Tena, el viaje en el tiempo al visitar Aínsa y Alquézar, o las panorámicas que ofrece el castillo de Loarre lograrán enamorarte de esta región enclavada entre montañas. Cualquiera de estos destinos se encuentra a poco más de una hora en coche y están muy bien conectados, Si dispones de un SUV de nuestra flota, te moverás por la zona como un pez en el agua. ¿Comenzamos la aventura?
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Parque nacional de Ordesa y Monte Perdido
Siguiendo la N-260, a poco más de 85 kilómetros de Jaca se encuentra este parque Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera. Esta joya del Pirineo de Huesca es una de las excursiones más conocidas para hacer desde Jaca y hará las delicias de todos los aficionados al senderismo. Puedes optar por hacer una ruta más sencilla, como por ejemplo la de Cola de Caballo, para ir caminando entre cascadas. Si quieres disfrutar de uno de los panoramas aéreos más espectaculares de todo el valle, anímate con el itinerario de las Fajas de Pelay. Los que están más en forma pueden recorrer todo el cañón de Añisclo y contemplar toda la grandeza del parque. Prepara la mochila y un calzado apropiado, porque no querrás despertar de este sueño.
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Valle de Tena: diversión tanto en invierno como en verano
Jaca se sitúa prácticamente a las puertas del Valle de Tena, a unos 30 kilómetros siguiendo la N-260. Eso significa que estás de enhorabuena tanto si es temporada de esquí como si has viajado durante la época estival. En invierno, seguro que no quieres quedarte sin disfrutar del deporte blanco en una de las estaciones más famosas de toda España: Formigal-Panticosa. Más de 170 kilómetros esquiables se reparten en seis valles, con pistas de una calidad excelente. Por otra parte, en primavera y en verano las opciones del Valle de Tena son igualmente atractivas: la gran tirolina de Hoz de Jaca, el tren que sale de Tramacastilla o las actividades acuáticas del pantano de Lanuza te aseguran una jornada inolvidable.
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Villa de Aínsa y su encanto medieval
A unos 70 kilómetros siguiendo por la N-260, te toparás con uno de los pueblos más hermosos de toda la Península, Aínsa. En Huesca abundan las villas con encanto, pero esta tiene un toque especial al ser una de las que mejor ha conservado su casco histórico. Gracias a esto, la esencia de la población está intacta y parece que retrocedes al pasado al perderte entre sus callejuelas empedradas. Declarada Conjunto Histórico-Artístico desde 1965, no puedes perderte la Plaza Mayor y su curiosa planta trapezoidal. Avanza hasta el Castillo Fortaleza y contempla la Torre del Homenaje, uno de los principales reclamos de Aínsa. Además, esta es una excursión estupenda para probar la cocina tradicional aragonesa de montaña y sus maravillas gastronómicas.
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Alquézar y las famosas pasarelas del Vero
El pueblo de Alquézar está poco más de 100 kilómetros de distancia y es otra de las excursiones populares para hacer desde Jaca. Esta localidad es una de las que mejor conserva su origen medieval, sobre todo en el casco antiguo. No dejes de visitar la Colegiata de Santa María y el Castillo, soberbias muestras románicas. Sin embargo, uno de los atractivos más conocidos de Alquézar son las Pasarelas del Vero, una ruta circular muy sencilla por la que caminas sobre el río Vero. En unos 90 minutos completarás este agradable paseo por el cañón del río, contemplando unas vistas irrepetibles e incluso con la posibilidad de avistar buitres.
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Castillo de Loarre: arquitectura románica en estado puro
Si coges la A-132, en poco más de una hora llegarás hasta el Castillo de Loarre. Se sitúa a más de 1000 metros de altitud y es uno de los castillos románicos mejor conservados de toda Europa. Su construcción se debe al rey Sancho III, que ordenó levantarlo durante el siglo XI. Gracias a su situación, las panorámicas son excepcionales y podrás hacer estupendas fotografías para llevarte de recuerdo. A pesar de su gran tamaño, esta construcción se mimetiza perfectamente con su entorno. Una gran muralla protege a todo el conjunto. Recorre con calma este portento de la arquitectura, que además ha servido de escenario de varias películas y series, como El Reino de los Cielos o El Ministerio del Tiempo.