Aunque la apuesta de las instituciones y los fabricantes por la movilidad sostenible es firme, el precio de los coches eléctricos es –junto a la autonomía y la infraestructura de carga– uno de los principales obstáculos para los consumidores. En general, comprar un vehículo de cero emisiones sale más caro que adquirir uno de combustión y eso hace que, sin subvenciones o ayudas a la compra, la mayor parte de los vehículos eléctricos nuevos solo estén al alcance de muy pocos conductores. A continuación, te mostramos los factores que influyen en el precio de los coches eléctricos.
Baterías
Se calcula que la batería representa entre un cuarto y un tercio del precio total de un automóvil eléctrico. La guerra de Ucrania ha provocado un aumento del precio de metales imprescindibles para la fabricación de baterías como el litio, el níquel y el cobalto. Además, debido al crecimiento de la demanda y la escasez de litio en el mercado, se espera que los precios se mantengan en los actuales niveles o suban durante algún tiempo.
Crisis de microchips
La falta de microchips es, junto a la subida del precio de los carburantes –también debido a la guerra en Ucrania- y el aumento general de las materias primas desde el inicio de la pandemia, otro aspecto a tener en cuenta. Un vehículo eléctrico necesita aproximadamente el doble de chips que un coche de gasolina. Por ello, como hay que pagar más por los semiconductores y otras materias en el mercado, Tesla y otros fabricantes han decidido subir el precio de sus coches eléctricos.
Subvenciones
Aunque el gobierno español está utilizando subvenciones como el Plan Moves III para impulsar la compra de coches eléctricos, algunos países están estudiando la posibilidad de eliminarlas, puesto que las arcas públicas necesitan recaudar fondos para financiar otras necesidades. Por ejemplo, Alemania está estudiando la posibilidad de retirar las subvenciones a la compra de vehículos eléctricos, ya que, actualmente, en el país cuentan con una bonificación de hasta 20.000 euros durante toda su vida útil.
Inflación generalizada
La industria del motor no es ajena al escenario de alta inflación en los mercados internacionales y la subida de la gasolina y el diésel está afectando al bolsillo de los consumidores. Todo ello hace que cada vez más conductores se interesen por la compra de un vehículo sostenible. No obstante, puede que los fabricantes no puedan cubrir esa nueva demanda, ya que, además de la escasez de materiales, como veíamos antes, la subida del precio del litio, níquel y otros metales esenciales para la fabricación de coches eléctricos ha hecho que los fabricantes decidan aumentar el precio de estos vehículos y transferir ese coste adicional a los consumidores.