En Sixt, entregar los coches en perfecto estado también implica que estén impolutos y relucientes tanto por dentro como por fuera. Por eso hemos querido darte los mejores consejos para que puedas obtener resultados profesionales con tu coche en propiedad; ya sea desde casa y a mano o en un túnel de lavado.
Qué necesito para lavar el coche a mano: Mitos y verdades
El lavado a mano consume más agua que un túnel de lavado y contamina más. Sin embargo, es más minucioso si le dedicas el tiempo suficiente. Se puede hacer en casa o en el autoservicio de un centro de lavado de vehículos. Importante:
- Cuando limpies el coche tú mismo, hazlo en un día frío y a la sombra. La pintura y las llantas deben estar frías para que el limpiador no se seque y deje feas marcas. Sin embargo, si solo puedes lavarlo en un día cálido, limpia el coche por secciones de arriba abajo.
- ¡Desconfía de remedios caseros para limpiar el coche! Evita lavavajillas, estropajos y desengrasantes.
PREPARACIÓN PREVIA E IMPRESCINDIBLES
- Prepara dos cubos. Uno con unos 20 litros de agua y jabón para coches y otro con 10 litros de agua limpia. Por lo general, también puedes usar un jabón normal para enjabonar el coche. El detergente es suficiente, así como varias bayetas de microfibra y un cepillo. Una manguera te será útil para aclarar el vehículo posteriormente.
- Necesitarás un spray abrillantador una vez que el coche se haya secado para darle también un toque final de pulido profesional. El abrillantador protege el barniz, lo sella y hace que la superficie del coche se seque antes en invierno tras la lluvia. Aumenta la protección de la cera y también se puede utilizar para limpiar el cristal y el cromo.
- La barra de arcilla limpiadora se puede utilizar para eliminar las manchas más resistentes.
- ¡Utiliza guantes (de látex o de plástico) y gafas! Los productos de higiene y limpiadores son muy agresivos. No solo pican y secan la piel, sino que también pueden provocar reacción en las personas con pieles sensibles. Cuanto más largo sea el guante, mejor.
- Se cree equivocadamente que la esponja es una buena herramienta de limpieza. Descártala y, en su lugar, utiliza una bayeta grande de microfibra o guantes de microfibra. Tienen una estructura de células abiertas que absorbe la suciedad de forma segura, al contrario que las esponjas. De esta forma, se protege la pintura, pues se atrapa la suciedad en lugar de frotarla contra el vehículo. Además, es más fácil enjuagarlos y lavarlos.
EN RESUMEN…
- DOS CUBOS
- DETERGENTE PARA COCHES
- VARIAS BAYETAS DE MICROFIBRA
- UNO O DOS CEPILLOS
- SPRAY ABRILLANTADOR
- BARRA DE ARCILLA LIMPIADORA PARA COCHES
- MANGUERA
Cómo lavar el coche a mano: Las técnicas de los profesionales
Comienza con las llantas, pues tienen que empaparse durante más tiempo. Si las limpias en último lugar, podrían ensuciar otras partes del coche.
- Retira las llantas.
- Enjabona a fondo los pasos de rueda, los agujeros de tornillos y el interior de los guardabarros. Después acláralos.
- Utiliza un cepillo pequeño y redondo para las zonas intermedias. Ya utilices un limpiador especial para manchas o un limpiador convencional, es importante que enjabones bien con un cepillo para que la suciedad se disuelva por sí misma. Si tienes llantas delicadas, ponlas durante un rato en agua tibia antes de comenzar el mismo proceso de lavado.
Cuando hayas terminado con las llantas, puedes comenzar con la pintura.
- Enjabona el coche manualmente o con una pistola de espuma para reblandecer la suciedad. Enjabona siempre de arriba abajo para aumentar el tiempo en remojo. Cuando la espuma cae, se lleva parte de la suciedad y el polvo de las zonas inferiores.
- Aclara con un limpiador a presión o con una manguera.
- Utiliza un cepillo para limpiar manchas de difícil alcance. Las aletas de goma entre las ventanas y las puertas, las aperturas, las molduras y los huecos entre las rejillas del radiador acumulan siempre mucha suciedad. Enjabónalos una segunda vez y utiliza un cepillo limpio para frotar y limpiar. No olvides aclarar la espuma.
- Usa el cubo con la mezcla de detergente y la bayeta de microfibra para limpiar el coche. Comienza por arriba y ataca primero las zonas menos sucias. Presiona un poco para que las fibras puedan absorber la suciedad adecuadamente y no esparcirla. Enjuaga la bayeta o el guante, repite con el segundo cubo y enjabona de nuevo.
- Avanza poco a poco hasta el travesaño inferior. La parte inferior es siempre la más sucia, por lo que deberías usar una segunda bayeta. Al final, limpia los bordes de las puertas y las juntas del maletero para no manchar de grasa previamente la bayeta. Sería una pena volver a ensuciar el coche.
- Aclara concienzudamente el coche de arriba abajo con el limpiador a presión o con la manguera. Ten cuidado de no dirigir el chorro directamente a la carretera, pues levantaría polvo y arena que se asentaría de nuevo sobre la carrocería de tu coche.
- En invierno, usa la manguera para limpiar por debajo del coche desde diferentes ángulos para eliminar la sal y evitar que corroa la parte inferior del coche.
Cómo secar y sellar la carrocería
Secar el coche adecuadamente requiere tanto cuidado como el lavado. De nuevo, lo mejor es usar una bayeta de microfibra.
- Seca con cuidado sin hacer presión para que las microfibras no se saturen rápido. Tendrás que decidir si prefieres secar el coche directamente con un abrillantador o aplicar el abrillantador tras el secado.
- Cuando la pintura esté lista, seca las juntas a fondo para que nada chorree por la carrocería y estropee todo el trabajo previo.
- Si descubres suciedad incrustada, marcas de alquitrán y residuos, utiliza una arcilla especial para pintura de coches. Coge un trozo de la arcilla y amásala bien para que se quede blanda y flexible. Aplica abrillantador en las zonas sucias de nuevo para lubricar la superficie y, a continuación, frota la arcilla hasta que las impurezas hayan desaparecido. No hagas demasiada presión y procura echar una capa generosa de abrillantador bajo la arcilla para no dejar remolinos en la pintura. Normalmente se pueden eliminar puliendo, pero si se evitan desde el principio, tendrás menos trabajo que hacer.
- Limpia el resto del abrillantador con la bayeta de microfibras y pule con una bayeta seca. Para saber cuándo pulir el coche, pasa el dedo para comprobar si el producto se ha secado por completo y si se puede frotar. Si al pasar el dedo no dejas marca en el abrillantador y la pintura se ve reluciente y limpia, puedes comenzar a limpiar y frotar.
CONSEJOS PARA IR A UN TÚNEL DE LAVADO
Si decides no lavar tu coche a mano, sigue estas tres reglas básicas para usar un túnel de lavado automatizado:
- Si es posible, ve al túnel de lavado un día que llueva, de forma que la suciedad se reblandezca con anterioridad y que las bayetas y cepillos estén limpios y no empapados con la suciedad de otros vehículos. El polvo y los guijarros ensucian la pintura y pueden arañarla al actuar como lija.
- Busca un túnel con bayeta. Es un mito que los cepillos arañan la pintura, pues hoy en día la pintura es demasiado resistente, pero a menudo dejan residuos de plástico o remolinos en la superficie que hacen que parezca que esté dañada.
- No te saltes el prelavado, ya que ablandará y enjuagará la suciedad más pesada para que no la arrastre hasta el área de lavado.
EL INTERIOR DEL COCHE
Una de las tareas menos gustosas para los amantes de los coches es limpiar el interior de los mismos. Siempre queda alguna zona sin revisar o no lo suficientemente limpia, ya sea porque utilizamos técnicas inadecuadas o los instrumentos no son los más apropiados. Te damos algunas claves para que los resultados sean impecables.
Alfombrillas y suelo
Comienza retirando las alfombrillas. Si tienen manchas eliminalas con una mezcla de vinagre estándar, detergente y agua, antes de pasar una aspiradora portátil por ellas. Ya en el interior del vehículo, aspira el suelo y los asientos, sin olvidar ningún recoveco. En el caso de no disponer de aspiradora, recuerda que en los túneles de lavado puede utilizarlas a un módico precio.
Asientos y puertas
Abate los asientos hasta su posición más horizontal para poder llegar a todos los rincones. Cepilla los asientos y las puertas interiores para eliminar el polvo o arena acumulado. Si no tienes a mano productos especiales para tu limpieza, siempre puedes optar por un detergente para ropa disuelto en agua tibia o bien amoníaco rebajado en agua. Humedece un paño con una de estas mezclas y presiona en las zonas con mayor suciedad. No olvides secar la humedad restante con un paño seco.
Salpicadero
El salpicadero es una de las zonas más delicadas del coche. Existen sprays especiales para su limpieza que evitan los temidos rayones. Lo mejor es combinar este spray con algún tipo de cepillo suave para las partes más delicadas, como el navegador o el panel de mandos. Esto también nos será de utilidad para la palanca de cambios.
Lunas y retrovisores
Limpiar los cristales por fuera no es suficiente, también debemos hacerlo por dentro. En la mayoría de los casos, bastará con pasar un trapo húmedo por ellos. Si no fuese así, recurre al mismo limpiacristales empleado para el exterior de las lunas.
Cómo conseguir que el coche se ensucie lo menos posible
Tanto el invierno como el verano traen consigo elementos que pueden dañar tu coche a largo plazo. En efecto, en invierno, la sal y los agentes para el deshielo que hay en la carretera dañarán la pintura del coche si no se tiene cuidado. En verano, dado que la luz seca el polen, el polvo, los insectos y la tan molesta resina de los árboles, éstos pueden estropear la carrocería y hacer que se corroacon más rapidez (siendo los insectos y la resina especialmente dañinos debido a sus ácidos corrosivos).
Si es posible, aparca el coche en un garaje y, aunque resulte tentador aparcar bajo los árboles para mantener el vehículo fresco durante el verano, evítalo para que no caigan savia y excrementos en el coche.
Para proteger de forma permanente la pintura, es importante lavar el coche regularmente, ya sea por tu cuenta o en un tren de lavado profesional. Aplicando cera dura evitarás daños y protegerás el color durante más tiempo. Por lo general, con enjabonar basta para eliminar las impurezas más gruesas y el polvo, mientras que el resistente residuo de los árboles e insectos, así como los excrementos de los pájaros, han de tratarse de forma separada para su eliminación completa.